El fotógrafo argentino lleva más de cuatro décadas asentado en España, donde ha trabajado en el mundo del espectáculo y las artes escénicas retratando a figuras como Paco de Lucía, Camarón de la Isla o Antonio Gades.
…¿Qué papel jugó Antonio Gades en ese momento?
Antonio me ayudó bastante. A ver, yo llevaba, por decirlo de algún modo, una doble vida: mientras hacía el trabajo con los sindicatos, también me dedicaba a preparar fotos para cubiertas de discos, espectáculos, books para modelos, y estas cosas. Cuando ocurrió esto, yo estaba trabajando para Antonio, haciendo las fotos de la entrada al teatro donde tenía las actuaciones. Yo tenía bastante relación con él, porque le interesaba también que le presentara gente de la izquierda argentina que yo conocía. Cuando me detienen, a Antonio, que a veces tenía mucha ingenuidad, le invita el general Lanusse a comer con idea de que después les baile. Antonio le dice que aceptaría la invitación si dejaban en libertad a los presos políticos. Imagínate, un bailarín español intentando imponer condiciones a los militares argentinos [risas].
Así que, cuando vengo para España, el primero que me ayuda es Antonio Gades. Acababa de abrir una pizzería, Casa Gades; me contrató para hacer fotos a la gente que pasaba por allí. Este fue mi primer trabajo aquí.
¿Y cómo entra en el mundo del flamenco?
También a través de Gades. Él y su representante, Paco Revés, que conocían mi trabajo en el sector de la música, me piden que trabaje haciendo cosas para el flamenco. Ellos entonces llevaban a Camarón y a Paco de Lucía. El primer disco que hago en España es el de Camarón y Paco, en 1970. Como el mundo del flamenco es bastante cerrado, y más en esa época, aprovecho y sigo fotografiando a cantidad de guitarristas y cantaores.
Por otro lado, como venía con la carta de extrañamiento de Argentina, la policía me llama a la Puerta del Sol y me advierte de que, mientras que no me meta en cuestiones políticas, no tendría ningún problema aquí. Durante un tiempo me mantuve al margen, hasta que ocurre la matanza de los abogados de Atocha, que ya estaba trabajando para una revista, para la que hice fotos del suceso…