Entre Altea y Cuba

1975-1978

Al año siguiente de unirse con Marisol, llega su primera obra maestra, BODAS DE SANGRE. Su intención con esta obra era rendirle homenaje al poeta, teniéndose que ir a Roma para estrenarla.

La preparación del espectáculo, según comenta Emilio de Diego, autor de la música, se lleva a cabo en los estudios Amor de Dios de Madrid, donde Antonio había colocado un cartel en la puerta que rezaba: Prohibida la entrada a Emilio. La razón era que primero quiere realizar el esquema coreográfico partiendo de la adaptación para ballet que había hecho Alfredo Mañas para sólo después permitir incorporar la música.

El lugar elegido para el estreno mundial sería el Teatro Olímpico de Roma, el 2 de abril de 1974. La presentación en España es en el Teatro de la Zarzuela de Madrid durante la celebración del Tercer Festival Internacional de Danza. La obra tiene una excelente acogida, y pronto empieza a girar por el circuito que Gades solía visitar desde una década atrás. El reconocimiento público no tarda en llegar, obteniendo el Premio al Mejor espectáculo de Buenos Aires en 1974.

En 1975 Antonio vuelve a Milán para bailar en la Scala. Durante esa gira italiana, y mientras se encuentra trabajando en Bolonia le llega la noticia de que Franco ha ordenado fusilar a los militantes vascos. Decide entonces retirarse del baile, y se traslada con Pepa Flores a su casa en Altea.

    Mi posición política es clara. Nacido de padre republicano, habiendo recibido una educación republicana, he luchado, lucho por las ideas socialistas. Yo no pienso que sea necesario considerar la política como un asunto de profesionales. Yo quiero defender los derechos del hombre y los derechos del trabajador. Quiero una sociedad más justa. Hay miedo, yo fui elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista Español. Estas posiciones políticas tienen repercusiones en la vida de la compañía.

    En esta etapa retirado del baile rueda a las órdenes de Mario Camus, entre 1976 y comienzos de 1977 junto a su compañera Pepa Flores, LOS DÍAS DEL PASADO.

    Antonio se traslada a Cuba en 1978, invitado por Alicia Alonso, quien le convence para que vuelva a bailar. Gades siempre reconoce que donde más ha aprendido en organización, en cómo crear un ballet, en cómo llevar a los bailarines, ha sido en Cuba en 1978.

    Alicia Alonso ha contribuido a enseñarme el verdadero sentido de un trabajador de la cultura. Allí Alicia Alonso me enseñaría todo lo que después puse al servicio del Ballet Nacional.

    La relación de Antonio Gades con Cuba siempre es muy estrecha y se acrecienta por su respaldo al régimen cubano, lo que explica que pase en La Habana largas temporadas. Para los miembros del Ballet Nacional de Cuba, Gades es un amigo entrañable y con ellos comparte la rica experiencia de verlo el 28 de abril de 1978 junto a Alicia Alonso, Sergio Vitier y Tata Güines y coreografía de Alberto Méndez, el paso a dos AD LIBITUM. Además haría el papel de Hilarión en GISELLE, realizando las triunfales presentaciones en el Metropolitan Opera House, de Nueva York, y el Kennedy Center, de Washington, durante la primera visita del Ballet Nacional de Cuba a los Estados Unidos.

    Al concluir esa etapa cubana Jesús Aguirre, director general del INAEM del Ministerio de Cultura le ofrece la dirección del Ballet Nacional Español. Comienza entonces una de las etapas más fructíferas de su carrera.